17 sept 2008

DIA 10 (2/3): Tenjin Matsuri

Junto con el Gion Matsuri de Kyoto, y el Kanda Matsuri de Tokyo, configuran la lista de los “3 Grandes festivales de Japón”, aunque quizás haya otros con más encanto hoy en día, como el Nebuta Matsuri de Aomori, o el Awa-odori de Tokushima. Si visitas Japón en verano, no puedes dejar de hacer coincidir tu ruta con alguno de los festivales que se producirán durante tu estancia, este fue nuestro segundo después del Gion Matsuri.

La gente ya empezaba a llenar los puentes

Aunque hay muchos actos, como alguna procesión shintoista alrededor del santuario Tenman-gu, lo más espectacular del Tenjin Matsuri se da el día 25 de Julio por la tarde-noche, alrededor del canal que pasa al lado de la estación Sakuranomiya del Osaka Loop. Barcas que portan pequeños santuarios recorren el canal de arriba abajo durante varias horas. Nosotros llegamos alrededor de las 6:30, y ya había bastante gente en los puentes y los márgenes del canal. Hay numerosos puestos que ofrecen comida: bolas de pulpo, huevos fritos con mayonesa, salchichas, pollo y toda clase de alimentos grasientos y deliciosos.

Las famosas bolitas de pulpo

VVV Peace VVV

Aquello empezaba a abarrotarse y decidimos hacernos con un sitio para sentarnos y ver el desfile fluvial, unas señoras japonesas se percataron de que tres gaijins hacían vanos esfuerzos por encontrar un sitio, y llamaron nuestra atención ofreciéndonos tres sitios, de los mejor situados (aunque algo apretados). Me tocó sentarme a su lado, y tuve conversación durante la hora y media siguiente (conversación a base de gestos, sus 4 palabras en inglés, y las 2 mías en japonés). Me dijeron que habían cogido el sitio pegando un cartón en las escaleras a las 8 de la mañana, al parecer, allí respetan reservar los sitios así, y había muchos otros que habían extendido plásticos por las escaleras de igual manera. Me preguntaron por nuestro viaje, por los toros en España (a ellas no les gustaban), y me dijeron que no se nos ocurriera comer ballena en Japón. Cuando les dije que estaba aprendiendo hiragana y katakana, llegó mi perdición, porque me pasé la hora siguiente leyendo las letras de las innumerables barcas que pasaron, ellas parecían divertirse y aplaudían cuando acertaba. Muy majas y amables, no dejaban de ofrecernos caramelos y barquillos.

A mi me hacian leer el hiragana de las barcas

También estábamos entretenidos intentando imitar el estilo de dar palmas de Osaka (Osaka-jime), las cerca de 3.000 personas que abarrotan las más de 100 barcas que surcan el canal, se encargan de animar a la gente, y les invita a dar palmas, he de confesar que a mi me costó pillar el truco, y como buen gaijin, di varias palmadas yo solo.


A las 7:30 empezaron los fuegos artificiales (Hana-bi, literalmnete flores de fuego), en Japón son espectáculos que duran mucho tiempo, en este caso hora y media, y los fuegos se van lanzando de una manera más pausada. A mi me gustan bastante los fuegos artificiales, así que los disfruté, pero, aparte de durar mucho más tiempo que los que se ven en España, no me parecieron más espectaculares. Las señoras japonesas parecían estar muy orgullosas de sus fuegos, por lo que no me quedó otra que decirles que eran los mejores que había visto en mi vida. Ellas eran muy aficionadas a los fuegos artificiales, y me comentaron que los del Tenjin Matsuri, son considerados como el tercer evento en cuanto a espectáculo y número de explosiones, solo superado por los del río Sumida en Tokyo (último Domingo de Julio), y otros en un lugar próximo a Osaka del que no me enteré muy bien.

Las barcas seguian pasando durante los fuegos

Cuando llegaron las 8 de la tarde, hora a la que al parecer terminan de trabajar en muchas oficinas, empezaron a decirme que si queríamos subir al rascacielos que teníamos a nuestras espaldas, yo no comprendía muy bien, pero luego entendí que una de ellas era la esposa del jefe de una mediana empresa que tenía sede en el edificio, y la idea de subir a una oficina, nos pareció una aventura que podría merecer bastante la pena. Las seguimos pasando a través de la multitud, enseñó una tarjeta al guardia que había en la puerta, y subimos al piso 28 del edificio, donde nos esperaba una oficina con grandes cristaleras, con los trabajadores y sus familias contemplando el espectáculo.

Infiltrados en la oficina

Las vistas de la ciudad desde este punto, son algo impresionante, podíamos ver los miles y miles de personas abarrotando las calles y puentes para la ocasión.

Vistas de Osaka desde el piso 28

Ver los fuegos artificiales desde tal altura, a la que no llegaban ni las explosiones más altas, era algo que nunca ninguno había hecho, pierde algo el que no se oía la traca de explosiones, pero teníamos a multitud de japoneses flipando con sus “ooooohhh” para compensarlo.


Uooooohh


La traca final

Como estábamos a oscuras, no se percataron de que unos intrusos estaban entre ellos, pero estas señoras tuvieron que irse antes del final, y cuando encendieron las luces, vieron a tres gaijines infiltrados en la fiestecilla que tenían montada en la oficina. Quizás por la forma de ser de los japoneses, pudimos salir de allí si que nadie nos dijera nada.

¡Los gaijines han sido descubiertos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otro de los días de los que mejor recuerdo guardo (aunque si me pongo así, de casi todos los dís puedo decir lo mismo!). Ver la aglomeración de gente, el festival, los fuegos, las casetas con comida y sobre todo, las vistas panorámicas de la ciudad desde un rascacielos.. vamos que fué un día cojonudísimo.