29 oct 2008

DIA 18 (2/4) El Parque de Ueno

Solo con dos días por delante, y habiendo dormido menos de 4 horas (ya habría tiempo de dormir en España), nos levantamos para otro duro día recorriendo Tokyo.

A tiro de piedra de Asakusa, donde nos alojamos, se encuentra el parque de Ueno, y de camino pasamos delante del edificio Niimi, que marca la entrada a Kapabashi-dori (Kitchen Town). En esta calle se encuentran buena parte de los proovedores para los restaurantes de Tokyo, que venden desde vajillas a cubiertos occidentales, además de las curiosas réplicas de plástico que exponen buena parte de los restaurantes de la ciudad. El edificio Niimi es inconfundible, está coronado por un busto de 12 metros de un chef occidental, y al parecer hay otros edificios Niimi por la zona decorado con tazas enormes u otra parafernalia gigante. Si te das una vuelta quizás encuentres algo curioso.

Edificio Niimi

Tras pasar la estación de Ueno entramos en el parque. Además de ser uno de los lugares preferidos por los locales para pasear y escabullirse de la jungla de coches y edificios, este céntrico y espacioso parque tiene la mayor concentración de museos importantes de Japón. Nosotros lo encontramos bastante abarrotado en pleno verano, y al parecer en epoca de hanami es un hervidero de gente que viene a contemplar los cerezos en flor.

No nos pareció tan bonito como esperábamos, abundan los artistas callejeros con sus espectáculos, pero como tampoco entendíamos sus chistes pasamos de largo, y ya que estábamos aquí, entramos a dar una vuelta por el museo más importante de Japón, el Museo Nacional de Tokyo.

Edificio Honkan del museo

Este museo es el más grande y más antiguo del país, tiene varios edificios, siendo el Honkan (Galería japonesa) el más importante. Fue únicamente esta parte la que visitamos. Contiene una colección de objetos japoneses que van desde la prehistoria, hasta finales del siglo XIX: cerámicas, esculturas, espadas...

En fin, la visita al museo es interesante y la entrada no es cara (hay descuento para estudiantes), pero para nosotros también podía haber sido prescindible. Dimos un paseo por el parque, y nos acercamos a ver otro de los puntos de interés y mencionado en todas las guias, la estatua de Saigo Takamori. Esta estatua está muy cerca de la entrada Sur del parque, el punto más próximo a Akihabara, y quizás es famosa por lo poco convencional que resulta la estatua de un samurai algo rellenito paseando a su perro.

Estatua de Saigo Takamori

27 oct 2008

DIA 18 (1/4) La lonja de Tsujiki

La lonja de de Tsukiji es la más grande del mundo (la segunda es la lonja de Mercamadrid), en realidad no está preparada como atracción turistica, aunque se ha convertido en uno de los rincones de Tokyo que más turistas extranjeros atraen, y donde son bienvendos siempre que no entorpezcan el frenético trabajo de los carritos motorizados, y no usen flash en sus fotos.

Plena actividad a las 5:30 de la mañana

La actividad en la lonja empieza desde antes de las 5 de la mañana (abre a las 3:00 todos los días excepto Domingos), es recomendable darse el madrugón o empalmar con la noche anterior (como hicimos nosotros) pues aunque puede tener actividad durante bastantes horas, si llegas tarde muchos puestos estarán sin existencias y no podrás asistir a la subasta de atunes (solo abierta a los turistas entre las 5 y las 6:15 de la mañana).

Anguilas

"Peceras" de poliespan con peces vivos

Yo disfrute bastante de la visita, uno puede pasar varias horas entretenido recorriendo cada rincón, haciendo fotos y al final darse un buen desayuno a base del pescado más fresco que posiblemente pruebe en su vida. El volumen de pescado que se mueve diariamente es espectacular, unas 2300 toneladas, que suponen unos 17 millones de dólares en ventas cada día.

Pescadero con un trozo de atún rojo y espada en mano

Cuando llegues a la lonja (a un paso del metro de Tsukiji-shijo, de la linea Oedo de metro), lo primero que sugiero es atravesarla hasta el final, donde tiene lugar la subasta de atunes. Los atunes rojos son la estrella de este mercado, alrededor de 2500 atunes, muchos de ellos de cientos de kilos de peso, pasan por esta lonja cada día. La mayoría son pescados en aguas japonesas, que vienen ultracongelados en las bodegas de los barcos, pero alrededor de 500 son importados al día desde todos los lugares del mundo, siendo España es uno de los principales proovedores. Los atunes que viajan desde España lo hacen refrigerados en grandes cajas cubiertos con nieve carbónica.

Atún fresco

La subasta de los atunes es un jaleo incomprensible de gente gritando, tocando cascabeles, cantando o que se yo... seguramente no difieran mucho a las subastas que se producen en las lonjas españolas, pero la de aquí es curiosa por los gigantes especímenes a subasta, y los precios que pueden alcanzar. El record lo tiene un atún de 202 kilos vendido en el año 2001, que alcanzó la cifra de 130.600 euros (647€ por kilo), no está mal comparado con los 22€ que costaba el kilo de atún rojo el otro día en el mercado de enfrente de mi casa, en Madrid.

Loca subasta de atunes

Son examinados minuciosamente con linternas

De atunes de estas dimensiones se pueden obtener alrededor de 6000 raciones de sashimi o sushi, así que para que salgan las cuentas, solo la materia prima de cada ración que preparó el comprador del atún record, costo unos 20€, y el precio para el comensal debió de ser algo desorbitado. En un sushi-bar normal y corriente, un solo bocado de o-toro de un atún corriente (la parte más grasa, escasa y cara del atún) no baja de 800¥ (unos 5€).

Multitudinaria subasta

Muestras de los atunes a subasta

Los puestos del mercado venden todo tipo de material vivo, semi vivo o ya troceado. Todo tiene cabida aquí: anguilas desangrándose, pulpos amontonados, cualquier pez imaginable... Los grandes atunes son cortados con sierras mecánicas en el caso de estar congelados, o con unas grandes espadas de más de un metro llamadas Oroshi-hocho para los atunes frescos. Los profesionales que trocean estas piezas están muy bien pagados.

Cortando atunes frescos

Todo un arte

Distribuyendo los atunes subastados

Como colofón a la visita no puedes irte sin darte un festín a base de pescado crudo fresquísimo y delicioso. Hay una serie de locales situados al principio del mercado, que es posible que se encuentren bastante abarrotados y que tengas que hacer algo de cola, pero trabajan a gran velocidad. Pagando entre 1000-2000¥ tendrás la posibilidad de probar delicias fresquísimas que en otro lugar tendrian un precio desorbitado. Por solo 1000¥ me zampé 6 piezas de sashimi bien grandes (3 de salmon y 3 de atún rojo), acompañado con un bol de arroz y sopa miso. Desde que lo probase por primera vez, el sashimi de atún rojo siempre me ha parecido uno de los bocados más deliciosos que existen, y en esta ocasión supo a gloria a las 6:30 de la mañana. Trás esto, me dirijo al metro, a donde llega el olor del pescado que arrastran los compradores y visitantes, y llego al hostal de Asakusa a las 7:30, donde al fin puedo descansar.

Precios de un sushi-bar de Tsujiki (pincha para ampliar)

Sushi-bar de Tsujiki

Por último, una mala noticia para los que aún no han visitado el mercado. En 2012 está planeado que se traslade a otro lugar, quizás a modernas naves industriales en las que posiblemente no quede nada del atractivo turístico. Aunque el mercado de Tsujiki es patrimonio de Japón, no es muy visitado por japoneses, la mayoría de los curiosos son turistas extranjeros. Se planea que estos terrenos queden para instalaciones olímpicas si Tokyo es elegida como organizadora de los JJ.OO. de 2016.

25 oct 2008

DIA 17 (4/4) La Torre de Tokyo, sake y Roppongi

Muy cerca de Roppongi se encuentra la Tokyo Tower, uno de los símbolos de la ciudad y su estructura más alta. Es imposible que no te recuerde a la Torre Eiffel, se puede decir que es una copia, bastante más fea (pintada de blanco y rojo, por regulaciones de aviación) , pero eso sí, 6 metros más alta, lo que la convierte en la estructura metálica más alta del mundo, con 332 metros. Se puede subir, las vistas deben de ser impresionantes, pues no está rodeada de edificios altos (que es lo que pasa desde los miradores de Shinjuku), pero no es gratis, subir puede costar alrededor de 1000¥.

La Tokyo Tower

Nos hicimos las fotos, cenamos unso noodles en un combini, con una cervecilla, y empezamos a pimplar sake añejo. Yo nunca había probado el sake hasta entonces, y la verdad es que este no me gustó nada, el sake añejo tiene un color amarillento, y más de 20º de alcohol, bastante fuertecillo, pero entre Lolo y yo nos la acabamos. El sake normal, está mucho más suave (aunque tiene más de 15º) y más rico a mi gusto.

Sake!

Roppongi un viernes por la noche era un maremagnum de gente, y de relaciones de discotecas que intentaban captarnos a cada paso, y no solo de discotecas, nos ofrecian ir a bares de striptease, donde según palabras del relaciones podriamos "morder, y dar cachetes".

Roppongi


Al final nos metimos en el Gas Panic, un local bastante famoso de Roppongi, aquí las copas son bastante baratas, aunque casi parece que no llevan alcohol y un whisky con coca-cola sabe a todo menos a eso. La cosa es que en este bar, DEBES beber todo el rato, como dice un cartel.

Gaspanic club

La gente baila en la barra

La máxima del Gas Panic

Es más, empleados del local se pasean de vez en cuando con una linterna y una libreta, tomandote nota o largándote si no estás empinando el codo. En este local se reunen gaijins de todas las edades y gente autóctona, es un local bastante animado, y si no te importa estár con una bebida en la mano todo el rato, yo lo recomendaría.

Gente guay en Roppongi

Sobre la 1 de la mañana salimos en busca de una discoteca, pero tras casi una hora dando vueltas por la calle, bajo los efectos del sake y el pseudo-whisky del gas panic, acabé perdiendo a Pablo y Lolo (que más tarde encontrarian una discoteca, en la que había un ping pong y todo). Yo volví al Gas Panic y ya a altas hora me encaminé a la Lonja de Tsujiki, la mañana del Sábado iba a ser nuestra oportunidad de ver la lonja en acción (el Domingo cierra y el Lunes nos vamos), y como se ve desde las 5 de la mañana, verla de empalme iba a ser la mejor opción. Habiamos quedado en eso, Pablo y Lolo también fueron por allí, y no nos cruzaríamos por lo inmenso que es aquello.

Viernes por la noche

Roppongi

Tokyo Tower desde Roppongi Hills

23 oct 2008

DIA 17 (3/4) Odaiba, la isla artificial de Tokyo

Odaiba es una isla artificial en la bahia de Tokyo, construida en un principio por los Tokugawa como fortaleza defensiva en el siglo XIX, aunque verdaderamente fue desarrollada desde los años 80 como un nuevo barrio futurista de Tokyo, aunque ha quedado como un area comercial y de ocio. Para acceder a la isla hay que cruzar el "Rainbow Bridge", un puente colgante bastante espectacular, por el que pasa el tráfico, una línea de ferrocarril que funciona automáticamente, sin conductor alguno (Linea Yurikamome) e incluso es posible cruzarlo a pie. Nosotros entramos por la linea Yurikamome, operada por otra compañia diferente a las que operan el metro. Esta linea se coge desde la estación de Shimbashi o Shiodome.

Rainbow Bridge desde la linea Yurikamome

En primer lugar visitamos la parte mas alejada de Tokyo, aquí vimos un centro de Toyota abierto al público "Toyota Mega Web", dónde exponen los últimos modelos de coches, puedes montar en ellos, e incluso hay atracciones gratuitas, como pilotar un simulador de F1, hacer un circuito en un coche inteligente que se conduce solo, y alguna cosilla más, siempre que esperes la cola. Nos dimos una vuelta, pero no tuvimos la paciencia de esperar para ninguna atracción.

Dentro de un Lexux en el Toyota Mega Web

Alrededor hay multitud de salas con juegos recreativos, y centros comerciales. Entramos en uno llamado Venus Fort, una auténtica horterada que es curioso visitar, es un centro comercial decorado como si fuese Italia: calles, fuentes, esculturas, e incluso un techo con nubes pintadas.

"Calles italianas" en Venus Fort

Dentro del centro comercial

Al otro lado de la isla, hay más centros comerciales, uno de ellos tiene un parque de atracciones de SEGA (Joypolis) En su web hay una lista de las atracciones, aunque muchas de ellas están solo en japonés. La entrada con acceso a todas las atracciones es algo carilla, 3,500¥, por lo que pasamos de largo y seguimos dando vueltas por los centros comerciales de la zona.

Nos metimos en una tienda de anime y manga, no pude resistirme a ponerme la mascara Hollow de Ichigo, empuñar a Zangetsu, y gritar un ¡Bankai! Un dependiente de la tienda nos vió y se descojonó... y nos dijo amablemente "enjoy, enyoy...".

Naruto, Lolo, Luffy, Alberto e Ichigo

¡Bankai!

En la isla de Odaiba también se encuentra la sede de Fuji TV, en un edificio bastante llamativo, y muy cerca hay una estatua de la libertad tamaño mini, situada de tal forma que parece que parece que estes viendo Nueva York, con el puente de Brooklyn y los rascacielos al fondo (aunque sobresaliendo sobre ellos la Tokyo Tower)

¿New York o Tokyo?

Sede de Fuji TV

La puesta de sol desde Odaiba es bastante espectacular, el efecto del sol reflejado en la bahia de Tokyo, y ocultandose tras los rascacielos es digno de ver. Mucha gente se reune aquí para contemplarla, parejas, familias, fotógrafos... además hay actuaciones de grupos callejeros que amenizan la espera. Si visitas Odaiba, yo recomiendo hacerlo para pasar las últimas horas en la parte de la isla que da a la bahía de Tokyo y ver la puesta de sol.



Puesta de sol desde Odaiba

No somos los únicos cautivados por la belleza de la escena

Odaiba tiene hasta una playa artificial

Artistas callejeros amenizan el atardecer

Únicamente nos quedan dos atardeceres en Japón

Los tres gaijins

Tras esto, volvimos con la linea Yurikamome y el metro hasta Asakusa, para cambiarnos y encaminarnos a Roppongi, un viernes por la noche.

21 oct 2008

DIA 17 (2/4) Ryogoku, el bario del sumo

Ya en Ryogoku, nos dirigimos al estadio de sumo (Ryogoku Kokugikan). Este estadio es el más importante de Japón, de las 6 grandes competiciones anuales, 3 se celebran aquí. Los torneos se celebran los meses impares, y duran dos semanas: Enero, Mayo y Septiembre (Tokyo), Marzo (Osaka), Julio (Nagoya) y Noviembre (Fukuoka). Como hay combates durante todo el día, no es difícil conseguir entradas, sobre todo para los combates mañaneros. Al final del día se programan los combates estrella de la jornada.

El estadio Ryogoku Kokugikan

A primeros de Agosto, aquí no hay absolutamente nada, en el estadio hay un pequeño museo gratuito de una sola sala, y la verdad que la visita hubiese sido una completa pérdida de tiempo salvo por dos cosillas que hicieron que no nos arrepintiésemos de venir hasta aquí.

Al fondo de la sala-museo, una puerta con un cartel rojo y algo escrito (suponemos que diría "no pasar") nos invitaba a todo lo contrario. Pablo y yo nos aventuramos y nos encontramos dentro de las instalaciones del estadio, subimos unas escaleras, sorteando al personal de limpieza, con sutiles habilidades ninja (silenciosos y mortales), en un momento nos encontramos en las gradas del estadio, con vistas al círculo de arena donde pelean los luchadores de sumo, con todo iluminado.

El estadio por dentro


Infiltrados

Tras sacar unas fotos nos volvimos por el mismo camino sin que nadie nos viera, y recogimos a Lolo que aún andaba por el museo. Solo por esto ya había merecido la pena la visita al estadio, y además a la salida nos encontramos a un luchador de sumo, con el que nos hicimos una foto (este debe de ser de los más pequeños).

Un luchador de sumo algo flaco

No uno, sino dos luchadores, la estructura con tejado verde es el estadio

Todo el atractivo turístico del barrio de Ryogoku se encuentra alrededor del Sumo, hay una avenida decorada con estatuillas de luchadores de sumo, y multiples escuelas de sumo (beya), reconocimos alguna por tener una gran mano encima de la puerta.

Estatuillas y huellas de manos de luchadores, el paseo de la fama del sumo

Leimos en nuestra guía que los luchadores de sumo se alimentan a base de un cocido hipercalórico llamado chanko nabe, y que en el barrio hay diveros locales en los que se puede probar. Preguntamos en varios sitios, y un amable señor nos indicó todos en donde podíamos probar, aunque nos comentó que generalmente solo lo preparan por las noches, y que a esta hora nos iba a ser complicado. En todos los sitios nos dijeron que no, salvo en uno, que debieron de entendernos mal y acabamos comiendo shabu-shabu (aunque no el de ternera), mereció la pena porque nos metieron en un cuartito individual, y nos trajeron un calderillo por donde ibamos pasando las verduras y la carne, no es lo más delicioso que probamos, pero no estaba mal y nos salio muy barato, unos 1000¥ entre Pablo y yo.

Shabu-shabu de pobres: un poco de carne, tofu, verduras, y algo de udon

Los ingredientes se sumergen en el bol hirviendo con un caldo

Rico, rico