27 oct 2008

DIA 18 (1/4) La lonja de Tsujiki

La lonja de de Tsukiji es la más grande del mundo (la segunda es la lonja de Mercamadrid), en realidad no está preparada como atracción turistica, aunque se ha convertido en uno de los rincones de Tokyo que más turistas extranjeros atraen, y donde son bienvendos siempre que no entorpezcan el frenético trabajo de los carritos motorizados, y no usen flash en sus fotos.

Plena actividad a las 5:30 de la mañana

La actividad en la lonja empieza desde antes de las 5 de la mañana (abre a las 3:00 todos los días excepto Domingos), es recomendable darse el madrugón o empalmar con la noche anterior (como hicimos nosotros) pues aunque puede tener actividad durante bastantes horas, si llegas tarde muchos puestos estarán sin existencias y no podrás asistir a la subasta de atunes (solo abierta a los turistas entre las 5 y las 6:15 de la mañana).

Anguilas

"Peceras" de poliespan con peces vivos

Yo disfrute bastante de la visita, uno puede pasar varias horas entretenido recorriendo cada rincón, haciendo fotos y al final darse un buen desayuno a base del pescado más fresco que posiblemente pruebe en su vida. El volumen de pescado que se mueve diariamente es espectacular, unas 2300 toneladas, que suponen unos 17 millones de dólares en ventas cada día.

Pescadero con un trozo de atún rojo y espada en mano

Cuando llegues a la lonja (a un paso del metro de Tsukiji-shijo, de la linea Oedo de metro), lo primero que sugiero es atravesarla hasta el final, donde tiene lugar la subasta de atunes. Los atunes rojos son la estrella de este mercado, alrededor de 2500 atunes, muchos de ellos de cientos de kilos de peso, pasan por esta lonja cada día. La mayoría son pescados en aguas japonesas, que vienen ultracongelados en las bodegas de los barcos, pero alrededor de 500 son importados al día desde todos los lugares del mundo, siendo España es uno de los principales proovedores. Los atunes que viajan desde España lo hacen refrigerados en grandes cajas cubiertos con nieve carbónica.

Atún fresco

La subasta de los atunes es un jaleo incomprensible de gente gritando, tocando cascabeles, cantando o que se yo... seguramente no difieran mucho a las subastas que se producen en las lonjas españolas, pero la de aquí es curiosa por los gigantes especímenes a subasta, y los precios que pueden alcanzar. El record lo tiene un atún de 202 kilos vendido en el año 2001, que alcanzó la cifra de 130.600 euros (647€ por kilo), no está mal comparado con los 22€ que costaba el kilo de atún rojo el otro día en el mercado de enfrente de mi casa, en Madrid.

Loca subasta de atunes

Son examinados minuciosamente con linternas

De atunes de estas dimensiones se pueden obtener alrededor de 6000 raciones de sashimi o sushi, así que para que salgan las cuentas, solo la materia prima de cada ración que preparó el comprador del atún record, costo unos 20€, y el precio para el comensal debió de ser algo desorbitado. En un sushi-bar normal y corriente, un solo bocado de o-toro de un atún corriente (la parte más grasa, escasa y cara del atún) no baja de 800¥ (unos 5€).

Multitudinaria subasta

Muestras de los atunes a subasta

Los puestos del mercado venden todo tipo de material vivo, semi vivo o ya troceado. Todo tiene cabida aquí: anguilas desangrándose, pulpos amontonados, cualquier pez imaginable... Los grandes atunes son cortados con sierras mecánicas en el caso de estar congelados, o con unas grandes espadas de más de un metro llamadas Oroshi-hocho para los atunes frescos. Los profesionales que trocean estas piezas están muy bien pagados.

Cortando atunes frescos

Todo un arte

Distribuyendo los atunes subastados

Como colofón a la visita no puedes irte sin darte un festín a base de pescado crudo fresquísimo y delicioso. Hay una serie de locales situados al principio del mercado, que es posible que se encuentren bastante abarrotados y que tengas que hacer algo de cola, pero trabajan a gran velocidad. Pagando entre 1000-2000¥ tendrás la posibilidad de probar delicias fresquísimas que en otro lugar tendrian un precio desorbitado. Por solo 1000¥ me zampé 6 piezas de sashimi bien grandes (3 de salmon y 3 de atún rojo), acompañado con un bol de arroz y sopa miso. Desde que lo probase por primera vez, el sashimi de atún rojo siempre me ha parecido uno de los bocados más deliciosos que existen, y en esta ocasión supo a gloria a las 6:30 de la mañana. Trás esto, me dirijo al metro, a donde llega el olor del pescado que arrastran los compradores y visitantes, y llego al hostal de Asakusa a las 7:30, donde al fin puedo descansar.

Precios de un sushi-bar de Tsujiki (pincha para ampliar)

Sushi-bar de Tsujiki

Por último, una mala noticia para los que aún no han visitado el mercado. En 2012 está planeado que se traslade a otro lugar, quizás a modernas naves industriales en las que posiblemente no quede nada del atractivo turístico. Aunque el mercado de Tsujiki es patrimonio de Japón, no es muy visitado por japoneses, la mayoría de los curiosos son turistas extranjeros. Se planea que estos terrenos queden para instalaciones olímpicas si Tokyo es elegida como organizadora de los JJ.OO. de 2016.

4 comentarios:

lars* dijo...

¿Y cómo les fue a Pablo y Lolo? ¿Les pasó algo interesante o fue más o menos la misma visita?

Anónimo dijo...

En ese bar no cabe sitio ¡para nadie!
¿Y como sale el que ha entrado primero y está al fondo?

Bartman dijo...

Pablo y Lolo no se lo que recorrieron, pq no tienen fotos... se que no llegaron a la subasta de atunes. solo se que recorrieron parate del mercado con unas japonesas, y por lo que me contaron, la visita les gustó menos que a mi. Claro que la parte de zampar pescado crudo, a Pablo le pareció increible.

Lo del restaurante pequeño... si, pero si que se cabe... vimos otros bastante más pequeños, hay bares que son únicamente una barra como esta, pero la puerta es corredera y está a las espaldas de los comensales, literalmente en las espaldas... se apoyan en la puerta

Anónimo dijo...

Efestiviwonder no llegamos a ver la subasta de atunes que debía ser de lo más llamativo.. nosotros vimos el mercadillo de pescado crudo (también se vendían otros productos como dulces etc.) y nos quedamos con la sensación de que no era tan enorme como pensamos (en Tokyo todo es mayúsCULO), quizá porque nos perdimos parte del mercado. Lo que vimos nos gustó, todo era increiblemente típico y molaba ver el ambiente madrugador, además que tuvimos el placer de ser acompañados por dos hermanas japonesas y echar unas risas. Por supuesto que la experiencia de tomar un desayuno repleto de pescado y huevas de pescado crudo en el Tsukiji después de una noche de fiesta es otro momentazo del viaje a Japan.