Tras el amanecer, descansamos aliviados, ya no tendríamos que segui mirando al horizonte mientras nos congelábamos. Nos metimos al refugio junto a mucha otra gente, y pedimos un bol de ramen calentito, nunca la resurrecccion fué tan barata, por solo 800¥ repusimos nuestras fuerzas.
Descansamos un ratillo allí, y cuando salimos el sol estaba ya a una altura considerable. Seguia haciendo frío, pero una vez allí, es obligado dar la vuelta completa al cráter, llegando al otro extremos, donde relmente está la cima del Fuji-san, con 3776 metros de altitud, 58 más alto que el Teide.
Aunque el sol empezaba a calentar un pelín, el viento en la cima es bastante intenso, y solo nuestra voluntad nos hizó continuar. En un punto del cráter, también se encuentra la oficina de correos más alta de todo el país, que en esta época es una de las que más actividad tienen, muchos japoneses hacían cola para comprar unos sellos, y otros muchos se dedicaban a escribir tacos de postales a todos sus conocidos.
En la cima del Monte Fuji se encuentra una antigua estación de rádar, y un poste grabado indica que se ha llegado a la 10ª estación. Desde la cima veíamos básicamente nubes, pero de vez en cuando, algún claro nos permitía ver los bosques que rodean la montaña, aunque no pudimos ver los cinco lagos.
Una vez completado el círculo alrededor del cráter, comenzamos el descenso por la misma ruta que habíamos hecho para subir, la ruta Subashiri es la que tiene el descenso más rápido de todas, en 3 horas se llega a la 5ª estación. El camino es una serie de interminables cuestas de arena volcánica, no es la ruta más sencilla, es imposible no resbalarse unas cuantas veces al bajar, pero se cae sobre la arena. Se puede bajar corriendo, y casi es lo más facil para mantener el equilibrio. Yo leí en un foro que un amigo de alguien había completado el descenso por esta ruta en únicamente 45 minutos, corriendo sin parar, y quitándose las piedras más grandes a patadas.
Completamos el descenso con medio kilo de arena volcánica en cada deportiva, y tuvimos que esperar al bus que nos llevara de vuelta a Gotemba. Pablo aprovecho para tumbarse y entrar en estado zombie, ni a golpes conseguíamos despertarle.
Desde aquí la vuelta a Tokyo fue larga y tediosa, una hora en bus (1500¥), luego la linea Gotemba hasta Kozu, y desde allí un nuevo transbordo en la linea Yamanote para llegar a Ikebukuro. Hay autobuses directos desde Tokyo hasta alguna 5ª estación, sobre todo la de Kawaguchi-ko, son caros, pero quizás merezcan la pena si hay buenos horarios. La nuestra fue la opción más barata, pero tediosa.
1 comentario:
Que pintas llevábamos, íbamos tan mal preparados que tuvimos que ponernos encima todo lo que teníamos (o al menos yo). El resultado final es que parezco un jockey en la cima del Monte Fuji. Supongo que este día de la escalada es uno de esos días que no se olvidan y que trae tan buenos recuerdos, a pesar de que no todo fuesen buenos momentos (puto frío)!
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